Espumosas de Vietnam

22 marzo 2013

Aquellos que me conocen un poco, incluidos los lectores de este blog, saben de mi gran afición por cierta bebida fermentada que es casi tan antigua como el propio hombre. De tonos dorados por lo general, pudiendo oscurecer su tez como la misma noche, con una blanquecina capa, como mandan los cánones y es virtud de puristas, cubriendo la superficie hacia donde cientos de burbujas ascienden en alocada procesión. En efecto se trata de la cerveza, una de las bebidas de contenido alcohólico más internacionales. Tanto es así que en mis viajes intento probar tantas como me es posible, hasta el punto de convertirse en un atractivo turístico más.

Durante mi última aventura por Vietnam tuve ocasión de catar el resultado del buen hacer del sudeste asiático entremezclado con la herencia cultural europea. Con un clima tropical que implica altas temperaturas y una humedad muy significativa, el hecho de parar a tomarse una cerveza mientras se descansa el cuerpo está a la orden del día. A lo largo del país podemos encontrar distintas variedades según la región en la que nos encontremos.

Amante sí, experto no, de ahí que no me vaya a dedicar a analizar cada una de las espumosas que muestre a continuación, sino más bien a dejar alguna curiosidad en relación a la foto o el lugar donde bebí la cerveza. Si queréis un análisis más profundo os recomiendo la sección "Cervezas delmundo" del blog "El Pachinko".


Fatídicos recuerdos

11 marzo 2013

Suele decirse que es más fácil acordarse de las cosas negativas que nos ocurren en la vida que de otras con matices más enriquecedores. Hasta cierto punto, y desde mi posición positivista a la hora de otorgar sentido a lo que me rodea, debo darles la razón a las voces que abogan por esto. Especialmente destacable resulta cuando nos encontramos en una situación de inmaculada felicidad donde parece que nada puede ir mal, y aunque no por ello nos descubramos y bajemos la guardia, nunca llegaremos a estar preparados para algunas cosas, sobre todo cuando desgraciadamente somos, en cierta medida, coprotagonistas de la escena.

Y es que tal día como hoy hace dos años, en mitad de una de las mejores experiencias de toda mi vida, aquel vil seísmo y el posterior tsunami que tantas vidas arrancó, transformó en cuestión de segundos el sueño, tiñéndolo en negro, arañando el fondo de mi alma y la de todo un pueblo, pero también agrandando un sentimiento de afecto hasta límites insospechados. Unidos por la tragedia, no solo nosotros, sino el mundo entero. Ese mismo mundo que rápido eco se hace de todo y casi con la misma velocidad se olvida de ello, aunque no siempre.


Al mal tiempo... Teru Teru Bozu

08 marzo 2013

Con la proximidad del buen tiempo el invierno, deseoso de no hacernos olvidar su presencia, acomete sus últimos coletazos en forma de generosos aguaceros que, al menos en el centro de la península, hace que añoremos la viva luz del astro rey desaparecida hace unos días. Pensando en una posible solución, bien consciente de mi condición humana, he recordado una vieja costumbre nipona que resulta perfecta para esta situación. Amuletos, una buena carga de fe, bastantes risas y la esperanza de que mejore el día son buenos alicientes.

El Teru Teru Bozu (てるてる坊主) es un muñeco tradicional japonés empleado, sobre todo por los niños, en los días lluviosos con el fin de que mejore la situación climatológica atrayendo el buen tiempo, especialmente cuando se aproximan las vacaciones, un viaje o un acontecimiento importante. La popularidad de este muñeco se remonta al periodo Edo (también conocido como Tokugawa 1603 - 1868), cuando al parecer, según cuenta la leyenda, durante una época de lluvias que amenazaban con arruinar la cosecha de arroz, un monje prometió a los agricultores detener las aguas y traer el sol de regreso, pero al no conseguirlo terminó siendo ejecutado. Si tenemos esto en cuenta la traducción de la palabra puede que no resulte extraña, pues Bozu se refiere a los antiguos monjes budistas que llevaban la cabeza afeitada, mientras que Teru Teru es una broma en relación al brillo del sol sobre una testa calva.